martes, 3 de agosto de 2010

EL FINAL DE NUESTRO CAMINO

Paraísos celestiales, reencarnaciones o conversiones en energía. Según las diferentes religiones y creencias estos son los posibles finales de trayecto en el camino de nuestras vidas.

Ciceron dijo "La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos", esta afirmación es la única común para todo ser humano, el final de nuestro camino reside en la memoria de la gente que nos recuerda.

La perdida de un ser querido nos hace buscar consuelo en que se encuentra en lugares paradisíacos donde no existen los problemas que ha podido sufrir en vida. No es malo pensar esto como método para superar el dolor inicial que sentimos y para mi es muy respetable independientemente que crea en ello o no.

No está demostrado que una persona que llega al final de su camino, esté donde esté, sufra dolor o tristeza, lo que si está demostrado en que los que siguen el camino sufren el dolor, la soledad, la añoranza y el recuerdo de tiempos pasados. El tiempo es el único balsamo que va aliviando estos sintomas aunque no llegue nunca a curarlos.

Perdi hace poco a dos seres queridos, ambos por motivos de enfermedades incurables (espero que en el futuro si lo sean), la forma de aliviar mi dolor fue recordarles en su último estado no el que estaban con anterioridad, la añoranza la aminore con auto-conversaciones mentales en las que busco su consejo pensando en como me aconsejarían y el recuerdo que tengo está repleto de momentos agradables que comparti con ellos apartando de mi mente todos aquellos que considero desagradables.

Yo no tengo miedo a la muerte, tengo miedo en como llegare a enfrentarme a ella ¿sin nadie que se acuerde de mi? ¿luchando a la vez contra el dolor de una enfermedad incurable? ¿prematuramente antes de la media de longevidad de una persona?. En cualquier caso, vivo sin pensar en ella e intentando comportarme con las personas que me rodean como me gustaría que se comportasen conmigo.

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