viernes, 6 de agosto de 2010

LA MUSICA NOS TRANSPORTA A OTROS MUNDOS

O eso al menos me sucede a mí. Ya sea por el mensaje de la letra o por el sonido de su melodía, la música ha sido un elemento importante en mi vida.

Ya de pequeño tocaba con un piano electrónico canciones sin partitura y un primo de mi padre, gran aficionado a la música (tocaba el piano y el acordeón), les decía “tiene buen oído el jodido niño”. Pues puede ser que tuviera razón, que ese sentido del oído fuera bueno para transmitirme mensajes.
 
Algunas veces la música me ha aportado mensajes de vida, otras me ha acompañado, me ha consolado o simplemente me ha divertido, pero al escucharla he podido revivir recuerdos pasados, vivir el presente y soñar con momentos futuros.
 
También me he encontrado en situaciones de volver a escuchar una canción y preguntarme ¿cómo es posible que me gustara esta canción?, es simple la respuesta, por el momento en el que la escuche y lo que me transmitió que quizás ahora no me transmita.
 
En la variedad está el gusto, tener un gusto variado o al menos escuchar algunas canciones que no sean de tu estilo preferido permiten que puedas descubrir nuevas sensaciones. He escuchado música clásica, pop, rock, techno, punk, heavy, indie, reggae, rap, etc. ¿Cuál es mi estilo preferido? Pues ha dependido de mi estado de ánimo, aunque si tengo una decena de grupos o solistas preferidos, que por cierto, han ido cambiando el estilo de su música a lo largo de su carrera. Evolucionar o morir.
 
La música en directo siempre me ha puesto los pelos de punta, desde locales pequeños a macro-conciertos, he podido comprobar que los buenos músicos se les descubre en un escenario, sentir las vibraciones de la música, escuchar a miles de personas cantar el estribillo de una canción o meterte en la piel del cantante para sentir lo que podría sentir él ante esa unión del escenario y el público. Entiendo que a algunos artistas se les pueda subir el ego en exceso, esos baños de masas incondicionales sin tener la compañía que llevaban los antiguos generales romanos en sus carros recordándoles constantemente que eran humanos.
 
Por todo esto, la música junto a la lectura (aunque esta última la tenga un poco en el olvido) son dos elementos que considero necesarios en mi mochila de viaje.

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