¿Cuantas veces nos hemos encontrado con nuevas rutas en el camino de nuestra vida?
¿Cuantas veces hemos dudado sobre hacia donde debemos encaminar nuestros pasos?
A priori, nadie sabe lo que una decisión puede depararnos en el futuro pero tampoco debemos permitir que nuestras indecisiones nos impidan abrirnos nuevos horizontes. Para al menos no dar cabida a la indecisión tenemos que fijar nuestra vista en tres puntos: a nuestra espalda para comprobar que podemos volver sobre nuestros pasos o evaluar que podemos perder al tomar el nuevo camino, a nuestro lado para comprobar si nuestra decisión provocaría daños importantes a nuestros seres queridos y hacia adelante para comprobar si ese camino nos puede llevar hacía el objetivo, sueño o etapa que queremos alcanzar.
No siempre el camino más corto o fácil nos asegura el éxito de nuestra aventura, no nos dejemos llevar por lo atractivo del camino, ni por lo sencillo que haya podido ser para otras personas y ni tan siquiera por el estado de bienestar que hayan alcanzado. Cada persona somos un mundo y el destino no tiene tejidos los mismos hilos para cada uno de nosotros.
No obstante, no es un error el deshacer un camino ya andado, ni tampoco equivocarse en el camino elegido, lo que tenemos que hacer es recorrer ese nuevo camino con paso firme y nunca arrepentirnos de los objetivos no logrados.
Errar es de humanos, rectificar es de sabios, persigue tu sueño.
cierto
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