domingo, 1 de agosto de 2010

LOS SIETE PECADOS CAPITALES

Según la Iglesia Católica, las tentaciones que debemos evitar las enumeran dentro de siete pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.

Aunque no soy creyente, mis ideas están más relacionadas con las teorías del  humanismo y la ilustración, he de decir que esos pecados (aunque yo les llamaría defectos y haría una serie de consideraciones) forman parte de las reglas de juego de lo que yo considero que debe ser el comportamiento humano.

La lujuria es el pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual. Matización, para mi la lujuria no es un defecto siempre y cuando los actos derivados de esos pensamientos no sean en contra de la voluntad de la/s personas participantes (violaciones, pedofilia, etc.)

La gula, aunque usualmente se asocia a la glotonería, está asociada a cualquier tipo de exceso. Bajo mi punto de vista puede indicar que cualquier tipo de extremismo en nuestro comportamiento no es bueno.

La avaricia es como la gula otro tipo de exceso, en este caso asociado a bienes materiales. Ser rico no es un defecto, la forma de obtener su riqueza, sentirse superior por serlo o no ser solidario, en menor o mayor grado, con los desfavorecidos si son defectos. Tengamos memoria histórica y recordemos a aquellos filantropos que sin su aportación no hubiera sido posible disponer de grandes avances culturales, sociales o tecnológicos.

La pereza o desidia es uno de los grandes defectos de la humanidad, es la acción de mirar a otro lado cuando ocurre algo, no importar lo que ocurre a nuestro alrededor y no hacer el esfuerzo suficiente para cumplir algo. Este defecto, relacionado con los sintomas de cualquier tipo de depresión, es uno de los más dificiles de superar. Si queremos hacerlo hay que hacerlo paso a paso, es como subir una escalera de 1.000 peldaños, podemos subirlos de uno en uno, de dos en dos o de cinco en cinco, esto depende de nuestras fuerzas y ánimo pero cuantos más peldaños quieras escalar de una vez más riesgo tienes de retroceder, y no proporcionalmente, en tu subida.

La ira y el odio no son buenos compañeros para solucionar cualquier problema, nos impiden razonar, comprender a los demas y además nos suelen llevar al puerto de la venganza en la que cometeremos los mismos errores que criticamos a los demás.

La envidia, diferenciando entre la sana y la insana, la primera es licita, nos permite crearnos metas de superación y ambiciones sobre nuestro futuro; la segunda nos lleva al camino de conseguir las metas sea al precio que sea, sin importarnos los daños colaterales y el menosprecio del valor profesional o humano de los demás.

La soberbia, como en la religión católica, yo también considero que es uno de los principales defectos de la humanidad. Creernos superiores a los demas sin conocerlos, nuestra manera de hacernos entender, no pedir perdón nunca o no halagar las virtudes de los demás nos convierten en una especie que no debería de existir.

Haciendo una referencia a estos pecados, cuando el mercantilismo se mezcla con cualquier creencia deja de tener sentido. Recordemos el concepto de bula papal, aquella que a cambio de limosna o aportaciones monetarias para financiar guerras santas o cruzadas absolvían al beneficiario de pecados cometidos.

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