sábado, 7 de agosto de 2010

INTIMO Y PERSONAL

Nací en Madrid un 31 de Enero de 1.966 aproximadamente a las 20:00 horas en un hospital situado en una de las zonas más castizas de la ciudad, en el barrio de Chamberí.
 
Criado en el seno de una familia obrera, fui educado en un entorno en el que me inculcaron la importancia de la familia, padres y hermanos, que con el tiempo yo amplié con mi propia familia, mi pareja y mis hijos.
 
Con el resto de mi familia tuve un trato normal, aunque siempre se tiene más relación con unos que con otros, en la que han habido discusiones por unos o por otros temas, nada que destacar que lo que pueda haber ocurrido en cualquier familia.
 
El barrio de mi infancia era también un barrio obrero, situado en el norte de Madrid y que en sus inicios era casi un como un pueblo, atravesábamos grandes zonas no edificadas para llegar al centro de la ciudad, atravesaba andando puentes sobre riachuelos hasta llegar a mi colegio, situación que duró un año hasta que un grupo de madres (entre ellas la mía) se plantaron delante del Ministerio de Educación para exigir un transporte escolar.
 
Probé el contacto con la naturaleza durante 8 años realizando actividades de acampada en el grupo scout 103 de la Parroquia de Nuestra Señora de Luján, practique el deporte de futbol durante 10 años en un equipo de barrio, en campos de arena que se convertían en cuchillas cortantes cuando llovía y se secaba, y que consiguió el sueño de jugar un partido en el estadio Vicente Calderón
 
Me divertí y jugué en la calle bajo la supervisión de los casi hoy desaparecidos porteros de bloque, disfrute de películas de bajo presupuesto en los que llamábamos “cines piperos” en donde el suelo estaba repleto de cascaras de pipas y oías perfectamente los pasos del acomodador buscando sitio para los que llegaban tarde.
 
Viví intensamente el final de lo que se denomino “la movida madrileña”, hice el servicio militar como todo hijo de vecino de aquella época (menos mal que dejo de ser obligatoria aunque yo no me libré) y desde el instituto no me atrajo el estudiar por obligación por lo que empecé a formarme por cuenta propia.
 
En lo profesional, desembarque en la informática por casualidad, me incorporé en una empresa después de superar un test psicotécnico que evaluaba la capacidad de aprendizaje y no los conocimientos técnicos. Hasta hoy sigo relacionado con ella, pero como los estudios, no me gusta hacerlo por la obligación de un sueldo porque para mí también es una afición.
 
En lo personal y profesional, he tenido como todo el mundo éxitos y fracasos pero siempre he intentando mantener mis propias ideas para que no cambiaran independientemente si estaba en la cumbre o en el pie de la montaña.
 
Y he aquí que me encuentro finalizando este escrito, mi primer escrito, en el que me doy cuenta de que aún me quedan cosas por hacer, que aunque haya hecho muchas cosas y vivido muchas experiencias tengo nuevos caminos por recorrer. Cuando piensas que ya has hecho casi todo entras en una dinámica de no buscar nuevas metas, un error que yo también he cometido e intento solucionar (hasta que no reconoces un problema no eres capaz de empezar a solucionarlo) no sé si lo conseguiré de forma rápida o lenta, el tiempo no me preocupa relativamente.
 
Finalmente quiero agradecer a mi pareja por “aguantarme” durante 11 años y darme mis dos más preciados tesoros, a mis padres por iniciarme en el camino de mi propia vida, a mi hermana por estar incondicionalmente a mi lado, a mis sobrinos con los que practique de forma anticipada las técnicas de ser padre, a mis tíos y primos que en momentos de mi vida fueron como mis segundos padres o hermanos (ellos saben quienes son), a mi suegro fallecido este año con el que compartí solo 11 años de mi vida pero con el que aprendí muchas cosas, a las personas que he conocido (buenas o malas para mí) porque me han enseñado a elegir entre lo que quiero y no quiero hacer en la vida, a las experiencias (buenas o malas) por la misma razón y a la oportunidad que me ha dado la vida de ayudar a otras personas.
 
Toda obra termina con la palabra “FIN”,  y en esta mi pequeña obra prefiero decir “HASTA PRONTO Y BUEN CAMINO”.

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